lunes, 4 de diciembre de 2017

RESEÑA: WONDER. LA LEY DE AUGUST

FICHA TÉCNICA:

Título: Wonder. La lección de August. 
Autora: R.J. Palacio.
Editorial: Nube de Tinta.
Nº de páginas: 416. 
Precio: 14,20€. 

SINOPSIS:

Su cara lo hace distinto y él solo quiere ser uno más. Camina siempre mirando al suelo, la cabeza gacha y el flequillo tratando en vano de esconder su rostro, pero, aun así, es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, entre la compañía de su familia, su perra Daisy y las increíbles historias de La guerra de las galaxias. 

Este año todo va a cambiar, porque este año, va a ir por primera vez, a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su vida, la que no se enseña en las aulas ni en los libros de texto: crecer en la adversidad, aceptarse tal como es, sonreír a los días grises y saber que al final, siempre encontrará una mano amiga. 

OPINIÓN PERSONAL:

A día de hoy, estoy segura de que hay poca gente que aún no se haya leído este libro o que no haya oído sobre él. Y aunque lo más probable es que haya miles de reseñas antes que la mía, quería aportar un granito de arena a todas las críticas que le han hecho a esta historia.

Siendo sincera, empecé este libro hace unos días porque unos amigos me habían dicho de ir al cine a verla este fin de semana y quería ir habiéndome leído la historia que le da origen. Y sí, ya había oído sobre Wonder antes de saber de la película, pero nunca me había parado y le había dado una oportunidad, lo tenía ahí en la lista de pendientes mirándome con cara triste y suplicándome un poco de atención. Y debo decir que no me arrepiento de haber tardado tanto en embarcarme en la aventura que es La lección de August, y no porque no me haya gustado, al contrario. Creo que no lo hubiera disfrutado tanto y no me hubiera transmitido lo mismo si no tuviera la madurez que tengo ahora. 

¿Por dónde empiezo? Vale, sí, ya sé. Antes que nada, quiero hablar de la historia, después ya me centraré en el mensaje que hay detrás. 

Auggie, mi pequeñín. Cuando empecé el libro, me pareciste un mimado. Y sigo pensando que lo eras, ahora no tanto. Y es normal, eres un niño al que sus padres han sobreprotegido y han dado todo lo que has querido para que te sientas cómodo en un mundo que te hace sentir incómodo, aunque tú insistas en que no es así. Auggie, eres un chico duro, pero es normal tener miedo a veces, llora todo lo que quieras, nadie te va a culpar. 

Wonder, es la historia de un niño en su primer año de secundaria. Y ya está. De eso va la historia. Algo sencillo, normal incluso. Si no fuera por cómo es Auggie. Y aunque para mí, es como cualquier otro niño, en el libro se ve que es muy difícil aceptar a alguien diferente, por mucho que en su interior sea como tú o como yo. Y no culpo a los chicos que salen en el libro, son jóvenes y ver a alguien como August es impactante, no sé cómo habría actuado yo en su lugar y a esa edad. Nunca me vi en la situación, así que no puedo aferrarme al: yo sería diferente. Porque no lo sé. 

En el libro, iremos viendo diferentes situaciones, tanto familiares, como escolares por las que pasa Auggie y veremos cómo estas van cambiando su forma de ser y le hacen madurar. Como siempre, no entraré en mucho detalle sobre lo que ocurre, pero diré que, para mí, ha sido un libro muy duro. Situaciones que le ocurren a August me han hecho gritar y llorar de la rabia, de la impotencia de ver y no poder hacer nada por él. Y es que, su historia me ha llegado, los personajes (no solo Auggie) me han llegado y me he metido de lleno en el libro. Y eso ocurre, porque Palacio pone en el papel situaciones que podrían y que han pasado en la vida real. Situaciones que vive nuestro protagonista, perfectamente las ha podido sufrir alguien en nuestro mundo. Incluso yo, me he visto en algunas líneas de esta historia. Me he visto de pequeña, sufriendo por el qué pensaran los demás, por sus comentarios crueles que sin ser malintencionados, hacen daño. Y me ha invadido la rabia al saber que sigue habiendo niños que pasan por esto todos los días y no hay nadie allí para que lo ayude. 

Y por eso, en mi opinión, Auggie es un niño afortunado. Y os preguntaréis: ¿afortunado? Y yo, al igual que Justin, os responderé que sí, porque aunque nació con algo que lo hizo diferente y objeto de burla, consiguió en cambio un entorno que lo ama por lo que es y que lo apoyará pase lo que pase. Porque la sinceridad que muestra nuestro protagonista llega a las personas y hace que quieran quedarse a su lado. Me ha conquistado hasta a mí. 

Pero, no solo él. También Jack, Summer, Via, Justin, los padres de Auggie y otros niños como Amos o Charlotte. Porque ninguno de ellos es perfecto, ni siquiera los adultos, sin embargo, son sus defectos, sus errores lo que les hace únicos y humanos, ya que en esta vida todos nos equivocamos y hacemos cosas de las que nos arrepentimos, pero a la vez, también vivimos, nos reímos, nos arrepentimos y pedimos perdón. Y avanzamos pase lo que pase, porque a veces la vida es dura, pero no podemos dejar que nos tire al suelo y nos pisotee, debemos luchar contracorriente si hace falta para llegar allá donde queremos, con la gente que queremos, madurando por el camino y buscando ser mejores personas cuando lleguemos al final.

Y ahora, vamos a otro aspecto de la historia. Los mensajes que hay detrás de el primer curso en secundaria de Auggie. 

La amistad, la empatía, la amabilidad, la solidaridad, la cooperación, el amor. Porque esto es de lo que realmente va Wonder. De intentar mostrar que aunque se sea diferente, se puede encajar, de que aunque alguien sea diferente, se le tiene que aceptar. Porque nos podemos perder a una persona maravillosa por nuestros prejuicios, por las barreras que nos ponemos nosotros mismos, por el no querer arriesgarse por todos los obstáculos que podemos encontrar si lo hacemos. 

La lección de August, también nos habla del bullying de una manera abierta y que pretende enseñar que no está bien discriminar a las personas, que todos tenemos que intentar luchar contra ello con todos los métodos que podamos y no dejar que alguien de nuestro alrededor lo sufra sin hacer nada, porque es tan culpable el que hace como el que deja hacer. 

Lo que me temo, es que esto es lo que extraigo yo de esta lectura, pero no sé hasta que punto los adolescentes de la ESO escucharán este mensaje y lo predicarán. Y no los estoy subestimando ni mucho menos, he sido testigo de escenas maravillosas protagonizadas por ellos, sin embargo, a la vez, me da miedo que la sociedad los haya condicionado tanto que estos valores no les lleguen o sean silenciados por voces que hacen más ruido o que hablan más fuerte.  
Aclaración: Hablo de adolescentes de la ESO porque sé que ahora Wonder es lectura obligatoria en primero. No por nada más.

Antes de finalizar la reseña, quiero comentar algo que no sabía bien dónde incluirlo, pero que al revisarla creo que es importante remarcar. Wonder, NO es un libro perfecto ni mucho menos, pero SÍ es necesario y SÍ es maravilloso. Con esto lo que quiero decir es que tiene defectos, quizá lo que más me chirría es el final, que me parece demasiado happy para mi gusto, pero a la vez, creo que es el desenlace que necesita esta obra. Porque a veces, todos necesitamos un soplo de esperanza que nos de fuerza para avanzar ante las adversidades y creo, que Wonder es eso. Una historia que dejando a un lado todo los valores que transmite, quiere que luchemos y que nunca nos rindamos, porque habrá un momento en que la vida nos sonreirá. 

En resumen, que me he ido por las ramas. Este libro me ha encantado y me ha llegado, algo que creo que es más importante. Hacía tiempo que tenía un parón lector bastante gordo, en plan serio, ¿sabéis? Y esta historia, con su ritmo, me lo ha quitado de un plumazo y ahora ya he empezado otra lectura y todo. Así que, gracias señora Palacio por hacer este libro, por hacerme conocer a Auggie y a todos los personajes de esta novela de los cuales me he enamorado y por emocionarme y despertarme sentimientos que me han recordado porque amo tanto leer. 


Así que, sin dudar sobre mi decisión, le doy un: 4'5/5, a esta preciosa historia. 

PERO, PERO. Antes de despedirme, quiero dedicarle esta reseña a un amigo que vive un poco lejos, pero al que le tengo mucho cariño y doy gracias de haber conocido. Cuando vino a Cataluña fue el que me dio este libro. Gracias por regalármelo, Eneko. Espero verte muy pronto en Madrid y que pasemos un día genial junto a nuestros amigos del resto de España. Un abrazo desde aquí. Nos vemos en breve. 

~Chiro